Sunday 19 January 2014

Energía

Hay quienes dicen que, durante el tercer trimestre, las embarazadas tienen muchísima más energía. Hay quienes dicen que en realidad es menos, porque una siempre está cansada. 

Estoy empezando a comprobar una nueva teoría: la cantidad de energía es la misma que la de una mujer no embarazada. El problema es que esta está muy mal distribuida. 

Arranca el día y una, con un poquito de esfuerzo, salta ágilmente de la cama... o se arrastra fuera del colchón como una tortuga puesta al revés, lo mismo da. En menos de media hora ya está bañada, llena de cremas para las estrías, vestida, linda y lista para atacar el mundo. Todo esto sin una gota de cafeína en el sistema.

Un par de horas después ya revisó su(s) mail(s), leyó dos o tres periódicos de interés, comentó las noticias sintiendo que sus opiniones son dignas de comentarista de la BBC, quedó con un par de amigas para tomar tecito de hierbas más tarde y hasta le puso "Aceptar" a las actualizaciones de iTunes y Acrobat.

newbiemom.com
Y llega la media mañana. La sensación es como de desinflar un globo. ¿Por qué no existe una ley que obligue a los centros de trabajo a poner hamacas para una pequeña siestecita matutina? ¿Es mucho pedir que, mientas casualmente parezco mirar fijamente la pantalla, pero en realidad estoy profundamente dormida, nadie me hable por unos 20 minutos? Aparentemente sí.

De algún modo, la pobre embarazada sobrevive hasta la hora de almuerzo y se arrastra hasta su plato. Y, si es afortunada, finalmente logra hacer su siesta. Este era un evento relajante y refrescante en los períodos pre-embarazo. Una se estiraba, cerraba los ojos, y despertaba unos minutos después, fresca como una lechuga, sintiéndose linda y llena de energía para afrontar lo que quede del día.

Ahora no. Ahora despertarse toma una buena media hora. Y una hora más hasta que una deje de sentir que el cerebro le funciona en cámara lenta. Y una media hora más hasta que se sienta en capacidad de mandar mails importantes o entrar a reuniones cruciales. ¿Qué tanto daño puede hacerle a mi bebé una tacitititita chiquitititita de café expreso triple shot?

Y luego, como por arte de magia, una se encuentra despierta, tarareando la canción que esté en la radio (o bailando los pasos de Thriller que una mágicamente recuerda desde la oscura era de los 80), escribiendo al mismo tiempo mails de trabajo, whatsapps, respuestas a inbox de facebook y posteando artículos interesantes (o escribiendo en su blog). Una se encuentra llena de vida, de energía, de creatividad, lista para escribir una novela, escalar una montaña (bajita, por favor) y pintarse las uñas, todo al mismo tiempo, mientras piensa en el color de las invitaciones para el baby shower y en que no será necesario llamar a un pintor para el cuarto del bebé, si una misma lo puede hacer y ahorrarse unos cuantos.

Hasta que, de pronto, son las 8 de la noche, o algo así. Y una, simplemente cae. Dormida antes que la cabeza toque la almohada.

Friday 17 January 2014

Tres preguntas (+ una)

Cuando la barriga se hace más visible y las náuseas hacen que una ya no se vea verde todo el tiempo, son tres las preguntas que TODO-EL-MUNDO hace.

¿Cómo va la panza?

¿Es hombre o mujer?

¿Ya tiene nombre?

Estoy pensando seriamente hacerme un polo (talla XXL, porque nada me queda estos días) que diga:

Bien, gracias.

Hombre.

No.

Ahí es cuando viene la pregunta "bonus":

¡¡¡¿¿¿TODAVÍA NO TIENE NOMBRE???!!!

Friday 3 January 2014