Monday 14 April 2014

Contracciones

lorzagirl.blogspot.com
He encontrado que es muy difícil explicar un dolor. Es como tratar de definir un olor. Son cosas imprecisas, subjetivas, y nos falta palabras para poder plasmar y transmitir a otros cómo fue. Entonces tratamos de recurrir a comparaciones, pero eso tampoco funciona muy bien, porque aún si nos referimos a algo que dos personas conocemos, nuestra percepción de ese algo puede variar, y mucho.

Es así que mis intentos de describir una contracción puede que sean inútiles. No lo voy a intentar.

En realidad, da igual cómo sea. Duele, y mucho. 

Lo que interesa de las contracciones, lo que las hace verdaderamente surreales, es que durante ese extraño momento llamado "trabajo de parto" uno quiere tenerlas. Si estás en trabajo de parto, dilatando, esperando que tu retoño quiera salir, lo mejor que puede pasar es que esas contracciones vengan, y que sean largas, seguidas y dolorosas. Eso significa que todo va bien... y que ya va a acabar. Lo mejor que puedes desear entonces es aguantar lo más posible antes de suplicar por la epidural. 

Debe ser uno de los momentos más masoquistas de la vida de una persona.

Wednesday 2 April 2014

Descanso pre-natal

Imagino que si hubiera tenido que ir el lunes pasado a trabajar, me habría quejado todo el fin de semana, todo el camino a la universidad y tal vez incluso un poquito en clases. Me habría sentido pesada, acalorada, y con la convicción de que el mundo está en mi contra.

No estoy muy segura que estar en descanso pre-natal sea mucho mejor. A una semana de la "fecha de lanzamiento", mi pequeño - que ya no es pequeño - no parece estar nada descontento con la situación. Crece feliz a costa de su madre y no da señales de querer salir.

¿Y la madre? Simplemente no sabe qué hacer con su tiempo. Toda la ropita ya está, y ha sido ordenada y clasificada por tallas, colores, tipo de tejido, peso específico del material y nuevamente por talla. El famoso maletín de la clínica está re-listo y ya no se nos ocurre qué más ponerle, excepto quizás unas latas de atún y una linterna, para que también sirva como mochila de seguridad en caso de sismo.

El cuarto está casi listo - lo que falta no depende de mí - y el moisés ya está colocado en su lugar.

Y sé que en muy pocos días extrañaré la paz y tranquilidad, los largos paseos, la piscina y los cafés sin apuro (descafeinados). Pero ahora, honestamente, me aburro. Y no me molestaría dictar una clasesita o dos.