Wednesday 2 April 2014

Descanso pre-natal

Imagino que si hubiera tenido que ir el lunes pasado a trabajar, me habría quejado todo el fin de semana, todo el camino a la universidad y tal vez incluso un poquito en clases. Me habría sentido pesada, acalorada, y con la convicción de que el mundo está en mi contra.

No estoy muy segura que estar en descanso pre-natal sea mucho mejor. A una semana de la "fecha de lanzamiento", mi pequeño - que ya no es pequeño - no parece estar nada descontento con la situación. Crece feliz a costa de su madre y no da señales de querer salir.

¿Y la madre? Simplemente no sabe qué hacer con su tiempo. Toda la ropita ya está, y ha sido ordenada y clasificada por tallas, colores, tipo de tejido, peso específico del material y nuevamente por talla. El famoso maletín de la clínica está re-listo y ya no se nos ocurre qué más ponerle, excepto quizás unas latas de atún y una linterna, para que también sirva como mochila de seguridad en caso de sismo.

El cuarto está casi listo - lo que falta no depende de mí - y el moisés ya está colocado en su lugar.

Y sé que en muy pocos días extrañaré la paz y tranquilidad, los largos paseos, la piscina y los cafés sin apuro (descafeinados). Pero ahora, honestamente, me aburro. Y no me molestaría dictar una clasesita o dos.

No comments:

Post a Comment