Thursday 12 September 2013

Qué no decirle a una embarazada de primer trimestre (y por qué)

1. ¡Qué raro! Cuando yo estuve encinta de Fulanito no sentí naaaada en absoluto.

Pues qué afortunada que fuiste. Ahora, el que tú me hagas ese comentario ¿se supone que debería hacerme sentir mejor? No lo logra. Me siento peor. Me siento como un bicho raro o como una mala madre, incapaz de lidiar con las náuseas.

2. No te quejes. Cuando nazca no vas a dormir nada y entonces sí que vas a tener razones para quejarte.

Esto sí que es un consuelo. Menos mal me espera un futuro venturoso. Pensaré en ello la próxima vez que me tome un Gravol.

3. Esto no es nada comparado con los dolores del parto.

Exactamente lo que necesitaba saber. Nota para quienes no han vomitado en un buen tiempo: duele. Duele bastante, dependiendo de lo que hayas comido durante el día. Estoy segura que los dolores del parto deben ser mucho más intensos, pero no es ningún consuelo pensar en eso mientras estoy en esta situación. En todo caso, el susto de pensar en ese otro futuro de dolor hace que el momento actual sea mucho más deprimente: "Si así me siento sólo con un poco de náuseas, ¿moriré durante el parto?"

4. ¿Van a tener un hijo? Ahora van a saber lo que es vivir de verdad.

¿Es que antes vivíamos de mentira? ¿Es que los maravillosos y divertidísimos años que llevamos juntos no han sido nada? ¡Por favor! Tal vez sea iluso de mi parte, pero quiero creer que un hijo es una aventura en la vida, pero no la única aventura de la vida. Será genial, será divertido, será difícil, pero definitivamente esto no anula nada de las mil cosas geniales, divertidas y difíciles que tanto la madre como el padre hemos vivido, juntos y separados.

5. Has recibido una linda bendición divina.

No soy la persona ideal para hablar de religión. Creo que la religión es una cosa bastante personal y el proselitismo, algo bastante pesado. Que sea una bendición divina o no, no es algo que quiero discutir en este momento, y preferiría dejar a la gracia de nuestro señor y a otras divinidades al margen de mis encuentros matutinos con el inodoro. 

6. ¡Cómo has adelgazado!

A pesar de que la mitología sobre el embarazo postula que no se hace otra cosa que subir de peso, la realidad es que en este complicado período, muchas mujeres hacemos lo contrario. Los mareos, las náuseas, el cansancio o ya, en caso extremo, el vomitar casi todo lo que comemos, contribuyen a eso. Lo sabemos. No queremos oírlo.

7. ¡Estás verde!

Por las mismas razones expuestas arriba, esto suele suceder. Y a casi nadie le gusta escuchar que los demás se han dado cuenta. 

8. Has dejado tu plato casi sin tocar, no estás comiendo lo suficiente.

Gracias, Capitán Obvio. Es que, además de embarazada, soy anoréxica. Decidí que éste era el mejor momento para hacer una dieta... Cuando no como no es porque no quiera comer, es porque siento que mis entrañas, literalmente, se están retorciendo y siguen trabajando arduamente para retener ese pedazo de tostada que comí hace 5 horas en el desayuno. Soy consciente que forzar en ellas una papa frita, a este punto, sería contraproducente. El bebé estará bien, no se preocupen (yo, por otro lado...).

9. ¿Has probado hacer esto...? A mí me funcionó.

Gracias. Honestamente, y de todo corazón, quiero agradecer todos los miles de consejos que he recibido durante estas larguísimas semanas de náuseas. A este punto, sin embargo, he probado casi todo y son pocas las cosas que me han funcionado. Más sugerencias suelen ser sólo una variante de algo que probablemente ya escuché o leí. No todos los trucos funcionan para todas las madres y las náuseas son tan personales como las huellas digitales. Luego de 4 semanas con ellas poco a poco voy comenzando a entender qué me funciona y qué no. 

10. Ni creas que esto acaba en el segundo trimestre. Yo me sentía mal y vomité durante todo el embarazo.

De todas las frases horribles, esta es la más horrible. Ya la he escuchado un par de veces y siempre intento olvidarla. Aún si es cierto, no lo digas. No quiero saberlo. La única cosa que me consuela en los momentos de náusea es pensar que en dos semanas se me acaba el primer trimestre y seré una linda (y odiosa) embarazada llena de energía y dicha. No me rompas la burbuja.


* Dedico este post a dos personas super geniales que saben exactamente qué hacer con una mujer embarazada: llevarle un postre y hacerla reír. ¡Gracias, Narda y Woolcotita!

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